La
importancia del proceso educativo para la construcción de identidad y la
necesidad de institucionalizarlo desde el Estado.
Las
instituciones educativas en su compromiso por brindar conocimientos han creado
planes educativos, que éstos a su vez se van modificando de acuerdo a las
necesidades para mejorar la adquisición de conocimientos. El proceso de
investigación al que se han sometido en su participación desde su interior
hacia el exterior; es decir, tomando en cuenta a todos los integrantes de la
institución como: los alumnos y sus padres, los maestros y sus familias. ¿Qué
sucede cuando éstos fuera de las escuelas están?
La escuela como
centro de iniciación del individuo en el ámbito escolar, educativo y académico;
cumple su función obligatoria para que cada individuo adquiera los mismos
conocimientos.
Echavarría
Grajales, C. (2003) puntualiza: “Se trata, por tanto, de ver la escuela como
una institución educativa que tiene la co-responsabilidad ética, política y
moral de constituirse en escenario de formación y socialización.”
Corresponde
a la familia de igual manera contribuir para las formaciones de los individuos
en tomar su responsabilidad, que se lleve a cabo la función de formar
individuos en base a la disciplina, aprendizaje de conocimientos, la moral y
ética entre los individuos para el desarrollo de sus vidas en donde habitan.
La
interacción implica la intersubjetividad, la cual, según Colwyn, citado por Bruner
(1997), “es una habilidad humana para entender las mentes de otros, ya sea a
través del lenguaje, el gesto u otros medios.”
La
interacción establece relaciones de comunicación a través de los diferentes
medios, constituyen un diálogo de vías de comunicación a partir que los
individuos se logran entender e intercambian información. En las escuelas la
interacción se da cuando el docente quiere transmitir sus conocimientos a sus
educandos y éstos reciban esa información; haciendo de manera intencional que
ellos tomen parte de participar de manera espontánea, bajo ninguna presión.
“Como socialización, hace referencia al
proceso de construcción de la identidad individual y a la organización de una
sociedad; como actividad social, se refiere a los diversos modos de pensamiento
que constituyen la coherencia social.”
Durkheim
(1976).
Proceso
por el cual el individuo va adquiriendo por medio costumbres, hechos
cotidianos, normas, reglas; donde aprende a convivir en sociedad respetando a
sus semejantes y al medio que lo rodea.
La
formación consiste en parte generar individuos capaces para desarrollarse
ampliando su forma de vida, desarrollando sus capacidades intelectuales,
cumpliendo con las objetividades personales del ser un individuo responsable de
sus actos, haciendo valer sus aprendizajes y poniendo en práctica todos sus conocimientos
adquiridos; así mismo comparte las reglas éticas y morales en sociedad.
Echavarría
Grajales, C. (2003) dice: “El sujeto moral se constituye como tal en la interacción
continua con otros, en la discusión constante de los marcos valorativos, normativos
y de principios morales que median la convivencia.”
La
identidad colectiva se constituye asociando un grupo de personas que pertenecen
a un espacio limitado o territorio; mientras que la identidad individual se
constituye formando modos de ser, buscando una autonomía. Cabe señalar también
que las dos formas van ligadas; es decir, para que pueda darse se necesita la
participación de los individuos tanto colectiva como individualmente, no existe
propiamente sujeto sin los otros, cuales contribuyen de manera decisiva a su
propia identidad.
En ese sentido, una resultante del
proceso de formación ciudadana está referida a
la
aparición de un sujeto empoderado, con capacidad deliberativa y argumentativa;
la formación ciudadana caracterizada por formar individuos que respetan los
derechos individuales y colectivos de las sociedades; conviven en armonía
relacionándose entre sí. Mientras que la construcción de identidad permite a
los individuos reconocerse como iguales o semejantes y también como diferentes,
teniendo como base el intercambio entre los grupos inmediatos.
En
conclusión, la identidad es un asunto de afirmación de uno mismo, que se va
desarrollando en función del ambiente en el que le toca vivir al hombre y
compartir diariamente como lo son en el espacio geográfico.
Referencias
BRUNER,
J. (1997). La educación, puerta de la
cultura. Madrid: visor.
DURKHEIM, E. (1976) Educación
como socialización. Salamanca: Ediciones
Sígueme.
ECHAVARIA, C. (2003) La
escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de
identidad moral, en: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y
Juventud, Julio – Diciembre, Vol. 1, No 002, Universidad de Manizales, Colombia
2003.
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